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martes, marzo 25, 2008

 

Football

Lo que se hereda no se hurta. Claro, porque a pesar de haber negado por años mi gusto por el football, una vez acá me he descubierto varias veces pegado viendo algún partido, leyendo las noticias deportivas en el diario e incluso teniendo un equipo favorito.
Bueno y aunque tardó años en manifestarse el gen de fanático del football que me heredó mi padre a mi este año se ha manifestado. Así que padre mío, ya podremos ir alguna vez juntos al estadio, ver el resumen de los goles en las noticias y conversar de un tema más.
Vamos Barça!!!

 

Ana González y Julio Martinez

Julio Martínez, Ana González, gente de toda una vida, que ya no está. Tengo 28 años, he vivido una serie de muertes y de alguna preocupante manera empiezo a vivirlas con cierta normalidad y menor emotividad que antes, debe ser porque hace tiempo que no me toca una realmente cercana. Sin embargo, para mí al menos, resulta extraño ver gente que formó parte de la historia externa de cada uno y que ya no estará. Puede ser que hace un tiempo no estuvieran, pero existían, había aunque sea ilusamente, la posibilidad que reaparecieran.
A mi no me gusta el football, ni verlo, ni jugarlo, ni vivir en torno a el como gran parte de mis amigos, pero domingo a domingo disfrutaba con el comentario del gran JM en Teletrece. Porque eso es lo que el hacía, comentar, dar las noticias, presentar información, dar su muy fundamentado punto de vista y un poco de cultura general. En el había respeto, había dignidad, habían una serie de acciones que ya no se ven. Él no era la noticia, lo era el deporte, o lo que sea de lo que estuviera hablando. Era neutro para presentar la información, pero no callaba si sentía que había algo que decir. Pura pasión este gran hombre, me emociono muchas veces el puro hecho de escucharlo, llegando así a formar parte de aquello que uno siempre recordará como el contexto de mi infancia.
El caso de Ana González es diferente y especial. Su capacidad actoral era fascinante, comedia, drama, la buena, la mala, como fuera, ella era majestuosa, emocionante, grandiosa, una diva del pueblo, a la altura del desafío que le plantearan. Pero más allá que eso, para mi ella era como ver a mi abuela. Físicamente se parecen mucho, la forma de reír, la seriedad cuando se debía y todo en ella siempre la he asociado a mi abuela. Comparación que ha ella no le gusta para nada, porque considera a la “Desideria” una comunista, ja! Hace un tiempo ella dejó la escena pública por su enfermedad, pero muy en mi interior existía la esperanza de verla regresar en esplendor, o por lo menos sabía que estaba viva. Pero su muerte trae a mi mente esa posibilidad real que me pena día a día, que mi abuela cualquiera de estos días puede morir, y aún no estoy preparado para eso.
Volviendo a los homenajes, estas dos personas forman parte de esa historia personal que de una manera u otra influyeron en mí, me dieron horas de alegría, acompañaron el proceso de crecer y de formarse como persona con ellos como maravilloso ejemplo.
Salud! Ya nos volveremos a ver.

 

10 de actualización

Como tiempo no tengo mucho y tiempo ha pasado también desde la última vez que escribí, he decidido ser cómodo y práctico elaborando una de mis tantas listas. Esta vez serán 10 hitos ocurridos desde el día que partí, hace ya casi dos meses, hasta el día de hoy:
1.- el reencuentro, era difícil saber como iría eso, habían pasado meses, lo anterior había sido un affaire idílico, que no había modo de saber hacia donde marcharía. Y todo fue genial, un poco más real, un poco más humano, con más rollito, sustancia y en el fondo más vida.
2.- los días con mi mamá, al margen de angustias, alguna que otra pelea pequeña y ansiedades por montones, los días juntos, pocos, exclusivos y cariñosos a rabiar me dejaron con ese vértigo que queda tras tomar conciencia de que uno se queda solo y con la alegría de darme cuenta que esa soledad es sólo un sentimiento pasajero.
3.- el master ha sido fluctuante, emocionante, confuso, extraño, nuevamente excitante y ya decantando, vale decir, estoy aprendiendo a disfrutarlo. No era lo que pensaba en un principio, pero luego me he dado cuenta de que si lo era, actualizaciones, investigación, ciencia, nuevos y avanzados conocimientos, un up grade y aceitado de bujías necesario y útil para retomar mi vocación pronto. El doctorado no es mi camino.
4.- la amistad, la esperada y la inesperada, la constatación de sentimientos de fraternidad más fuerte de lo que esperaba, aquí y allá, sintiendo mucho la lejanía y dándome cuenta de que tengo un amigo del alma con el cual el cariño ya está muy alto y afirmado, a la vez de darme cuenta que para otras personas también mi amistad significa algo, ya sea por gestos, palabras o momentos.
5.- vivir la verdadera Barcelona, la real Catalunya, la acojonante España, darme cuenta que es muy entretenido ser turista y diferente ser local, darme cuenta que no me siento mal como local, que me mimetizo y me voy enterando de todo. Sacar los mitos sobre esta ciudad y empezar a vivirla en serio, de a poco, sin calma pero sin prisa, dejar de fantasear y empezar a vivir la vida de verdad, sin esperar estar siempre en ese jardín de al lado que por muy verde que sea no es el mío.
6.- the new actitude, vale decir por fin he tenido los cojones para ir haciendo lo que quiero hacer, dejar de hacer aquello que no quiero como parte de mi vida, e ir viviendo de acuerdo a lo que de verdad siento y mandar a todo el resto a tomar por culo y punto.
7.- la comida, bueno si, un poco de frivolidad también, pero es que de verdad se disfruta mucho el simple acto de comer, donde sea es un buen rato, un goce, porque si algo saben los españoles y en especial los catalanes, es a gozar el tiempo que usan para comer y aquello que comen, y a rechazar con el mismo carácter que se les asocia todo aquello que más parece un sucedáneo que verdadera comida.
8.- lo realmente frívolo, o sea lo material, o sea el ipod, la ropa nueva, mi nuevo computador, el barrio en el que vivo, y todo a lo que mentalmente le otorgo cierto glamour y estilo.
9.- hasta el momento el gimnasio, pero no por el lugar, si no más bien por asumir mi vanidad, la necesidad de moverme, de cuidarme, de sentirme guapo y deseable, de caminar sin cansarme, de correr hacia donde quiera, de explotar mi potencial sin volverme un fanático, de asumir una nueva fase de la tantas veces publicitada multifuncionalidad.
10.- dejar atrás la vergüenza, no es que ande hecho un descarado por la vida, pero ya no temo hablar primero, preguntar, vestirme a mi modo, caminar a mi ritmo, reírme o cantar, si no se algo ir y averiguarlo, hacerme respetar, ser ambicioso de manera más evidente sin llegar a ser desagradable. Desde ahora lo primero es hacerme respetar, y eso parte por el auto respeto.

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