pastor

En alrededor de tres meses viajo a Chile, en lo que es un retorno temporal a mi tierra. Como hacer listas es una de las mejoras formas que tengo para escribir cosas, me he propuesto hacer dos listas, con 10 cosas cada una, donde planteé las cosas que quiero hacer en Barcelona – Catalunya antes de partir y en Chile una vez que llegue. Acá van:

10 cosas para hacer cuando llegue a Chile:

1.- Ira ver a mi abuela, sacarla a pasear, disfrutar de un día juntos y terminar durmiendo siesta apoyado en ella mientras me rasca la espalda.
2.- Salir a comer una noche con mi mejor amiga, a un buen lugar, tomar un buen vino y conversar mucho!!!
3.- Salir a de parranda con mi partner.
4.- Desayunar un día en a cama de mis viejos entre medio de los dos como cuando era niño.
5.- Ir un domingo en la tarde a dar vueltas por el Parque Forestal como en antaño.
6.- Ir como visita a dar una vuelta por Colchagua Valley y visitar a algunos amigos por ahí.
7.- Un día completo de paseo por Valparaíso.
8.- Tratar de alcanzar algo del Festival Santiago a Mil.
9.- Leer diarios y revistas atrasados, ya sea en un eterno baño de tina o en la piscina descansando al sol.
10.- Ir a conocer los nuevos hijos e hijas de mi amig@s y a los recién casados y sus nuevas vidas.

10 cosas para hacer antes de irme de Barcelona – Catalunya:

1.- Enseñarle a degustar a mi pareja.
2.- Volver a ir a Cap de Creus.
3.- Salir una noche de juerga con mis amigos chilenos de Barcelona.
4.- Ir a cenar a Gracia.
5.- Darme un día completo de caminatas y paseos por BCN, playa y Parc de la Ciutadella incluidos.
6.- Pasar un domingo sin levantarme, solo viendo películas, comiendo películas, durmiendo, regaloneando y siendo un poco bosta.
7.- Ir a Monvinic.
8.- Invitar a mi profesor guía a comer o cenar como agradecimiento por todo.
9.- Mandar curriculums para conseguir trabajo, aunque no sea de efecto inmediato.
10.- Ordenar, botar y clasificar todas mis cosas tanto que me llevaré a Chile como las que dejaré aquí.

Como buen demócrata que me defino y como buen chileno que soy, el pasado 5 de Octubre era una fecha de gran significancia para mí. Aunque tenía poco mas de 9 años me acuerdo perfectamente de los días previos al plebiscito, de la fiesta que se desató cuando se conocieron los resultados y de lo que significaba ese evento en la vida de todos los chilenos.
Mucha agua ha pasado bajo el puente y aunque se pueden hacer miles de interpretaciones del tiempo transcurrido y de la forma en que se han ido aconteciendo los hechos posteriores, es innegable que celebrar 20 años de una fecha tan significativa tiene que ser emocionante.
Pero resulta que no estoy en chile, resulta que estoy trabajando en una vendimia, y resulta por ende que a pesar de ser un tema de gran y profunda importancia para mi, no era algo que se respirara en el ambiente y por ende se me pasó. Bueno, a decir verdad no se me paso, y es ahí el origen de este escrito. Esa noche me acosté muy cansado y tuve un sueño que se podría llamar de celebración. Este consistía en que yo era un exiliado que venia llegando de vuelta a Chile el mismo día 5 de Octubre, un poco con miedo, al antiguo aeropuerto de Pudahuel, lleno de militares, pero en un día radiante, una gran multitud esperándonos a mi y al resto de los exiliados y de fondo sonaba música de Illapu, de Inti-Illimani. El sueño era una mezcla de fiesta, dudas, miedo e incertidumbre frente a lo nuevo.
Se que el sueño fue una pegatina de cosas, bastante idealizadas y que no acontecieron así. Aunque no recuerdo como estaba el clima ese 5 de Octubre si sé que el triunfo de la oposición a Pinochet de dio a conocer ya pasada la medianoche. Se que el retorno de los exiliados fue ocurriendo en oleadas y de distintas maneras, legales o no, en distintos años. Se que lo de la música es una exageración y sé que las cosas no fueron ni tan fáciles ni tan automáticas una vez que ganó el No. Y ni yo ni mi familia fuimos exiliados.
Pero es la forma en que tengo de celebrar íntimamente un día en que la libertad volvió a reinar en Chile, donde se ganaba el derecho a ser diferente, a expresarse sin temores, el triunfo del respeto, la tolerancia y el amor por los ideales. No soy de los que creen en las aplanadoras ideológicas. Pienso que deben haber tantos puntos de vista como se quiera y que debemos aprender a convivir en diversidad. Sea cual sea el bando que apoyaban los chilenos ese día a la larga creo que fue un triunfo para todos. Solo unos pocos lamentaran en el tiempo la derrota, de manera mezquina y poco consciente del bien social. La gran mayoría sabemos que imperfecta y todo es la democracia la forma en que todos podemos ser responsablemente libres y felices.
Por eso me atrevo a hacer un llamado, a volver a los valores básicos, a los deseos mas intrínsecos y viscerales, a retornar a aquellos sentimientos de bien social y generosidad humana. Vivamos cada elección como una fiesta democrática, donde planteamos nuestros puntos de vista y preferencias. Seamos implacables con aquellos que se quieren aprovechar de los deseos de la gente. Rechacemos a los viciosos y ambiciosos negativos, que solo buscan enriquecimiento y poderío personal. Eliminemos democráticamente a aquéllos que viven las elecciones en negativo, esos que buscan derrotar a alguien y no el triunfo de sus ideales. Cuidemos nuestro país, nuestra democracia y nuestras instituciones. No seamos negligentes ni perezosos. Por respeto a todos aquéllos que lucharon por un mejor Chile para todos. Por respeto a nosotros mismos.
Feliz 5 de Octubre!!!