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lunes, septiembre 20, 2010

 

Como un águila...

Ya lo sé, tengo este blog botado de hace mucho. Motivos hay muchos y todos sonarán a excusa. Pero la verdad es que tendría una mezcla de bloqueo y pereza para escribir. También una desconexión con los tópicos que abordaba siempre.

¿Porqué retomo ahora? Porque he pesado un tiempo muy intenso los últimos meses y necesito verbalizar y sacar lo que voy sintiendo. Pero de manera desordenada, casi incoherente, sólo como me salga, ya irá tomando forma y ganando consistencia.

He aprendido a mirar las relaciones de una nueva manera, curiosamente más sanas, pero a la vez más solitarias. Paso una etapa de mi vida donde me siento muy sólo. Sé que está mi pareja, mis papas y un número cada vez más reducido de amigos. Pero en el fondo estoy cada vez más cavernario.

Siento que me he tornado algo superficial para relacionarme con la gente. Me cuesta menos conocer y entablar buena sintonía con diferentes personas que van apareciendo por aquí y por allá. Pero un veo un punto hipócrita en la forma en que los enfrento. No sé en qué va eso. Sólo creo menos en la perpetuidad de las relaciones humanas, sean del tipo que sea y eso me hace ser más ajeno a las historias con profundos y fuertes lazo.

No tengo intención de renunciar a mi vida actual, pero cada vez tengo un mayor convencimiento respecto a que la soledad profunda se asentará en mi vida, de una forma casi religiosa. Mi libertad tendrá forma de verdadera y absoluta soledad. El arraigo desparecerá totalmente y seré un ciudadano del mundo y de las sensaciones, los sentimientos, la estratosfera y el entorno virtual. Un escape por medio de la multiplicad de destinos, con un centro de bajo perfil, amurallado y exclusivo.

Me he vuelto menos celoso. Quizás porque también me he vuelto menos posesivo. Creo menos en la gente, en sus sentimientos y en su lealtad. Espero muy poco del mundo y eso, aunque parezca lo contrario, tiene algo positivo: me sorprendo cuando alguien hace algo bueno.

Me he vuelto más lúdico, aunque mi exterior aun no se atreve a subir a ese tren. Estoy más sexual, más sensual, más sensitivo y menos reprimido. Quiero sentir mucho, dejarme llevar y ver por donde termino. Como le dije a un grupo de amigos, del nuevo tipo de amigos, más fluidez y menos roles. Romper con mi propia rigidez es una batalla dura y conseguir que la vida vaya lubricada por aceite de oliva extra virgen es ya más que una intensión, es un sentido. Un nuevo sentido, uno menos tangible pero más desafiante. No es una meta que se puede conseguir, es un propósito al que te puedes acercar pero que siempre te impondrá desafíos y pondrá a prueba esa fluidez sin roles que la determinen.

Como se puede leer, hay muchas y ideas y conceptos que quizás merecerían explicación, pero el fin ahora era escupir, desatorarme y luego ya veremos si algo de lo que salió necesita mas explicación o simplemente se lo puede llevar el agua de la lluvia que incipientemente veo caer desde la ventana de mi amigo el tren.

Fins ara a tothom, bona nit!!!

Bonus track: la mejor frase que me han dicho en los últimos días, “cuando necesites que alguien te meta el dedo por el culo, me avisas”.


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