pastor

La gente me dice que en un tiempo más seré como mi jefe. O sea serio, desvinculado del resto, malo para saludar, pesado y fome. Además dicen que el era como yo cuando empezó acá, o sea medio loco, simpático, divertido, etc, etc, etc, en el fondo afable y jovial.
Yo no creo que terminemos igual, pero si he ido entendiendo porque él mutó tanto. Él y yo somos muy diferentes, en la manera de ver el mundo, de pararnos frente al mundo, con ambiciones muy opuestas y una estructura general que difiere mucho entre nosotros. Pero logre comprender en parte porque se puso así.
Acá la insatisfacción de la gente es mucha, la frustración crece día a día y la falta de perspectiva los deprime y agobia. Frente a eso uno por estar en una posición mas alta que ellos recibe esta carga negativa, y eso cansa. Entonces para no cargarse de mala onda uno se aísla, interactúa menos, se hace más ajeno y deja en el fondo de involucrarse con el alma de la gente. Eso en la practica deriva en gente más cerrada, que habla lo justo y necesario, que interactúa solo con aquellos que le es estrictamente necesario y no sale de su burbuja.
Eso lo encuentro pésimo, no quiero terminar así, pero a veces dan ganas de estar al margen de todo y cumplir únicamente con su función y consigo mismo.
Yo no soy así. Espero no llegar a serlo. O que cuando me este transformando en mi jefe tenga la posibilidad de partir.
Por el momento a poner todas las mejillas que sean necesarias.