pastor

Ando total y absolutamente fofo. No físicamente, sino que de actitud. Hoy no me entran balas ni tampoco salen balas de mí. Hoy quiero trabajar tranquilo, sin problemas, sin que me saquen de mi burbuja.
Frente a una provocación opté por reaccionar de manera neutral, no quiero dar pie a peleas. O más bien no quiero gastarme en pequeñas batallas y prefiero dejar mis energías para cosas más fundamentales.
Este fin de año me llega lleno de ideas cruzadas, redefiniciones, consolidaciones y emociones.
En lo laboral la cosa está tan sólida que me asusta. Esto debido a que la confianza de la empresa hacia mí es tal que incluso se plantean muy a largo plazo conmigo. Y frente a eso o genero un compromiso real y pospongo mis otros planes o simplemente sigo adelante con lo que yo quiero y mantengo mi honestidad, mi auto honestidad, y enfrento lo que todo eso generará.
En lo familiar luego de la catarsis y la decantación de ideas ya he logrado ciertas conclusiones. Con mi viejo las cosas no cambiaran, con mi madre relanzaremos nuestra relación y con mi hermana ya nos sinceramos pero de frentón nos alejamos.
En lo afectivo sigo con mis amigos, pero con la idea clara de que no puedo ni debo depender de nadie en particular. Tengo que ser diverso y tener distintos escenarios de acción, donde poder desarrollar esa multi dimensionalidad que tanto pregono.
La otra patita de lo afectivo está como siempre, o sea en nada. Flirteos van, flirteos vienen y en eso nos quedamos. No existe nadie que me tenga loco, solo algunas opciones interesantes, atractivas y que a lo mejor solo dependen de una mayor decisión de mi parte, pero también es probable que si no hay acción es porque no estoy suficientemente motivado.
Mención aparte es esa antigua amistad que por algún motivo ronda mi cabeza y se hace presente de maneras interesantes. Está en mi cabeza y a lo mejor eso implique que hay que darle una oportunidad.
Y así voy, sigo viendo la vida pasar, pero con ganas de que me lleve un rato para ver que pasa con ella.