pastor

Siguiendo con los resúmenes mentales del año, ahora quiero irme hacia un hecho que en este blog ha pasado casi desapercibido pese a la importancia que le otorgo.
Me refiero al hecho de que este año por primera vez tenemos presidenta.
El hecho de dejar este tema de lado es porque me molesta el machismo que va implícito en esa fresa. O sea, a nadie debería impresionar que una mujer sea presidente. Lo puede hacer bien, mal, con otro estilo, de manera audaz o más bien conservadora, y eso no la haría diferente a cualquiera de los anteriores presidentes.
Pero por ser la primera deberá pagar el noviciado y resistir todos los análisis que se harán.
Pasará a la historia por ser un hecho inédito, aunque preferiría que pasara a la historia por su legado, por lo hecho o no hecho. Por algún avance, o por el resultado de su actuar.
En lo personal ella representa al conglomerado político que me gusta, pero ella no me convencía. No dudo de su capacidad pero siento que le faltaba fogueo. Eso mismo es a su vez lo atractivo para muchos de sus adherentes, porque no se la relacionaba con el político tradicional.
Voté por ella y la defiendo, lo que no implica que no la pueda cuestionar cuando algo no me parece coherente con mi manera de ver la sociedad.
¿Ahora, yendo al hecho de que es mujer, que elemento ha entregado de su genero que no entregaban es los hombres?
Creo que la falta de ambición personal y una visión más comunitaria. Con esto quiero decir que ella más que resaltar y verse sólida, busca el bien de la comunidad, sus iniciativas son sociales, busca crear una buena base para el desarrollo humano de nuestro país. Tal como una madre que más que preocuparse de ser la reina de la casa, se preocupa de que todos sus hijos tengan todo lo necesario para ser felices.
Y es ese el elemento que destaco de ella, la humanidad de su actuar, lo que no implica debilidad, sino más bien fortaleza.
Veo en ella más acción que reacción.
Y lo otro es importante pero no lo más importante.