pastor

Estoy cansado.
Y ya no es cansancio físico, es mental.
Y no sé como se arregla eso.
Hay días en que me siento rodeado de gente que exige mucho de mí y no siempre exige lo que yo puedo o debo dar.
Pero el cansancio mental a mi juicio lleva una fuerte cuota del inconformismo que me invade por el medio donde me estoy desenvolviendo.
Ser feliz no es lo mismo que es estar feliz. Yo a ratos estoy feliz, pero no soy una persona feliz en absoluto. Y aunque busco eso, no lo logro, lo que es peor, no sé como lograrlo.
Caldos de cabeza originados por hechos aislados. El problema es cuando dejan de ser aislados. Es ahí cuando uno debe cuestionarse y ver si realmente se está respetando a uno mismo.
O si es mejor tomar los recuerdos y partir. No importa donde, siempre está la opción de un nuevo comienzo, de uno bueno. Al menos distraerá a las neuronas mientras estas dejan atrás ese cansancio que me motivó a partir y reconocen terreno.
Quizás esta vez si encuentre ese arraigo, de lo contrario a asumirse como errante y disfrutar de aquello.
Ya no importa si la vida pasa o no, lo que ahora importa es que pasa conmigo.