pastor

Hoy puedo ser increíblemente romántico.
Puedo ser cursi y decirte, por ejemplo, que te quiero más que el sol y la luna.
O hacer simplemente un gesto hacia ti.
Se me pueden ocurrir mil maneras de seducirte y acercarme.
La música de fondo ya se siente en mi cabeza, tus ojos clavados en los míos, tratando de descubrir hacia donde va todo esto.
Y yo demostrándote que tras este animalito hay un hombre apasionado.
Que aun siente, que nunca ha dejado de hacerlo y que no lo hará.
Pienso que un escenario ideal sería en la playa, los dos solos, con la posibilidad de ser lo que queramos.
Románticos, cursis, sucios, locos, demasiado melodramáticos o torpes.
Solo con mirarte sentirías que ahí no hay nadie más.
Porque aunque nunca lo he hecho, ni sé hacerlo, si sé que cuando mi cuerpo y mi alma dicen algo, mis ojos lo reflejan.
¡Y ya!
Mitad del camino recorrido.
Busco las palabras precisas, que sean claras, pero que no demuestren mi ansiedad.
Temo cada paso a dar y a la vez temo quedarme corto.
El temor es paralizante, siempre el miedo lo ha sido.
Más aún en mi.
Pero debo superarlo.
O a lo mejor no superarlo, sino que obviarlo.
Que importa decir tonteras si estas son de verdad.
Peor es volver a casa con un cigarro en la boca, con música lamentable saliendo de la radio y el sentimiento de frustración inundándolo todo.
No necesitamos un gran escenario en todo caso, puede ser en un tu auto, e incluso creo que podría ser en medio de mucha gente, los gestos románticos no requieren grandilocuencia, solo autenticidad.
Y hoy quiero y puedo ser auténticamente romántico.
¿Estas dispuesto?
La respuesta no la sé, está en el aire.