viernes, marzo 02, 2007
Tiempos
Los horarios, días de trabajo, el funcionamiento general del comercio y todo aquello que tenía un marco de actividad tenderá a desaparecer. Esto debido a que la globalización y los cambios de mentalidad no permiten ir rigidizando los tiempos de acción.
Veamos.
Una persona que trabaja en relación con las bolsas de comercio debe estar activa desde que abre la primera del mundo y hasta que cierra la ultima. Esto determinará que cuando todos dormimos por ejemplo o aun disfrutamos del domingo, esa persona ya estará trabajando.
Para un enólogo la vendimia es el periodo donde juega todas las fichas, no hay mucho tiempo libre ni horarios rígidos, por el contrario, la agenda la marca el clima, la madurez, las fermentaciones y otras variables no controlables. De cierta manera vive 3 meses para y por el trabajo.
Cuando salimos a comer un sábado en la noche como relajo frente a la semana queremos que nos atiendan bien. Para eso hay una serie de personas que no tendrán el sábado como un día libre y de relajo, de hecho muchas veces será el día más cargado y más importante de la semana.
Estos son sólo 3 ejemplos de cómo muchas personas viven laboralmente en días y horarios en que el resto no lo hace. Descansarán en otros momentos, irán al supermercado un día diferente y valorarán otro tipo de cosas al tener un día libre.
¿Cómo compensamos esto entonces?
Básicamente es una tema de tolerancia para mí. Dejar de considerar algo normal o anormal, simplemente es diferente.
Para que toda esta gente haga feliz su trabajo no sólo debe recibir un buen sueldo, debe además poder tener una vida íntegra y hacer todo lo que cualquier persona puede hacer.
Es así como a lo mejor los bancos tendrán que trabajar de lunes a domingo. Los centros turísticos deberán estar en condiciones de recibir a turistas durante todo el año y de la mejor manera. Los museos a lo mejor no deberán cerrar nunca. Incluso la televisión deberá pensar en transmitir programación de calidad las 24 horas del día. Los lunes en la noche deberían ser tan atractivos como un viernes en la noche.
Es a mi juicio un acto de generosidad, porque estas personas viven esos ritmos para que otras personas obtengan lo que ellos necesitan. No se debe castigar a aquel que tiene una vida fuera de los cánones tradicionales.
No digo que debemos perder la noción del tiempo, por el contrario debemos tener muy claro los tiempos de cada persona y dejar de darle connotación a ciertos días, ciertas horas, ciertos rituales al fin y al cabo.
La globalización tiene sus cosas buenas y malas. A mi parecer es algo bueno mientras no homogenice. Mientras la globalización permita compartir avances todo bien, pero apenas implique perder identidad hay que detenerse y pensar.
Si estamos a un vuelo de distancia de todo y si queremos que todo funcione al nivel que deje de ser una preocupación, debemos antes preocuparnos de que la sociedad sea posible de vivir para todos y no sólo para aquellos que viven en horario de oficina de lunes a viernes.
Veamos.
Una persona que trabaja en relación con las bolsas de comercio debe estar activa desde que abre la primera del mundo y hasta que cierra la ultima. Esto determinará que cuando todos dormimos por ejemplo o aun disfrutamos del domingo, esa persona ya estará trabajando.
Para un enólogo la vendimia es el periodo donde juega todas las fichas, no hay mucho tiempo libre ni horarios rígidos, por el contrario, la agenda la marca el clima, la madurez, las fermentaciones y otras variables no controlables. De cierta manera vive 3 meses para y por el trabajo.
Cuando salimos a comer un sábado en la noche como relajo frente a la semana queremos que nos atiendan bien. Para eso hay una serie de personas que no tendrán el sábado como un día libre y de relajo, de hecho muchas veces será el día más cargado y más importante de la semana.
Estos son sólo 3 ejemplos de cómo muchas personas viven laboralmente en días y horarios en que el resto no lo hace. Descansarán en otros momentos, irán al supermercado un día diferente y valorarán otro tipo de cosas al tener un día libre.
¿Cómo compensamos esto entonces?
Básicamente es una tema de tolerancia para mí. Dejar de considerar algo normal o anormal, simplemente es diferente.
Para que toda esta gente haga feliz su trabajo no sólo debe recibir un buen sueldo, debe además poder tener una vida íntegra y hacer todo lo que cualquier persona puede hacer.
Es así como a lo mejor los bancos tendrán que trabajar de lunes a domingo. Los centros turísticos deberán estar en condiciones de recibir a turistas durante todo el año y de la mejor manera. Los museos a lo mejor no deberán cerrar nunca. Incluso la televisión deberá pensar en transmitir programación de calidad las 24 horas del día. Los lunes en la noche deberían ser tan atractivos como un viernes en la noche.
Es a mi juicio un acto de generosidad, porque estas personas viven esos ritmos para que otras personas obtengan lo que ellos necesitan. No se debe castigar a aquel que tiene una vida fuera de los cánones tradicionales.
No digo que debemos perder la noción del tiempo, por el contrario debemos tener muy claro los tiempos de cada persona y dejar de darle connotación a ciertos días, ciertas horas, ciertos rituales al fin y al cabo.
La globalización tiene sus cosas buenas y malas. A mi parecer es algo bueno mientras no homogenice. Mientras la globalización permita compartir avances todo bien, pero apenas implique perder identidad hay que detenerse y pensar.
Si estamos a un vuelo de distancia de todo y si queremos que todo funcione al nivel que deje de ser una preocupación, debemos antes preocuparnos de que la sociedad sea posible de vivir para todos y no sólo para aquellos que viven en horario de oficina de lunes a viernes.
