pastor

Es mucho lo que podría seguir escribiendo acerca de todo lo que rodeo mi cumpleaños, pero decidí que no, que hasta acá llegamos con ese cuento. Nada de lamentarse mas, de seguir enumerando las múltiples desilusiones y lo frustrante de pasar esos días en la más triste de las soledades.
De ahora en adelante a proyectarse, a moverse en serio para que las cosas resulten y a construir la plataforma de despegue que me permita dejar todo y a todos atrás.
Porque así va a ser, no me interesa llevarme ningún cariño prestado en mi equipaje, la carga debe ser liviana y sin ataduras. La carga debe llevar vitaminas y herramientas, todo aquello que me sirva para avanzar y poder cumplir con mis objetivos.
Basta de mendigar cariño a mi familia, de esperar que mis amigos respondan siempre, de pensar que la gente con la que uno trabaja debe ser leal. Dejo de pensar en el amor fraterno y le doy paso al amor propio. Y en ese sentido me llenaré de regalos y de pequeños gestos que me llenen el alma y me demuestren que si soy importante, que si vale la pena que me la juegue por mi. No debo esperar eso del resto, porque el resto no tiene ningún deber conmigo, el resto son solo elementos que se cruzan en el camino, que a veces sirven y a veces no.
Pasao pisao, esto al fin terminó.