pastor

Hay días en que tengo muchas ganas de escribir, pero no sé de que, o las palabras simplemente no salen, o estas, de tantas y tan ansiosas, se atoran y no fluyen correctamente. Muchas veces me pasa que mientras voy manejando o caminando por la bodega se me ocurre un idea y la empiezo a desarrollar mentalmente, pero llegado el momento de sentarme frente al teclado no logro plasmarla de manera clara y coherente. Ahí me freno, me doy vueltas, escribo a veces algo, otras veces ni siquiera logro empezar, y fin, no hubo sangre, carne, ni espíritu en eso, sólo un vomito redactado.
Pues ahora he partido escribiendo sin una idea de fondo, con muchas ganas de expresarme, pero no sé claramente qué. Sin embargo, mientras escupía esta introducción se me vino a la mente que es lo que quiero decir: soy feliz. Si, eso que tantas veces manifesté acá como un deseo, que incluso llegó a convertirse en una obsesión, ya es un hecho.
No quiero con esto decir que todo en mi vida esté resuelto y avanzar ahora sea fácil. Por el contrario me encuentro con más dudas que nunca, con escenarios y situaciones vertiginosas por lo desconocidas y arriesgadas. En conclusión, es tal el caos mental que tengo, son tantas las emociones que voy a vivir en los próximos 2 a 3 meses, que necesito dejar bien claro, gritar bien fuerte, que soy feliz, que aprendí a serlo y que así quiero permanecer. No siempre será fácil, pero si tengo el fin claro, los obstáculos sólo serán pruebas que debo superar y la sonrisa de esa manera no se borrará de mi cara.
Debo dar gracias también a mucha gente, no a todos de una manera verbal o directa, algunos con gestos o acciones que les demuestre lo mucho que aprecio haber contado con ellos en este camino.
Y bueno, el desafío recién empieza, cuando uno conquista algo la lucha es por mantenerlo, lucha que incluso puede ser más difícil que la primera etapa, pero que de seguro en mi caso estará llena de condimentos y cosas que la harán aún más gratificante.
Y como buen enólogo que soy, salud!!!